domingo, 17 de mayo de 2015

Sigo viva...

A veces me paro a pensar en la montaña rusa que ha sido este tiempo en Londres y me doy cuenta que me olvido del por qué de todo esto. 
Vine aquí hace 1 año, 8 meses y 14 días. Eso son más de 10.000 horas, muchísimos minutos y en segundos ya me quedo sin ceros en la calculadora.. 
Ha habido horas que han pasado volando, como los momentos felices, los cuales saboreamos mejor en forma de recuerdo, porque pasan en un instante y apenas se dejan atrapar.
Otras han sido momentos sin trascendencia, como cuando te cepillas los dientes delante del espejo pensando en las horas que vas a dormir si te acuestas en 10 minutos, pero nunca lo harás..
Y por último, también ha habido algunas en las que arrancarme el corazón con mis propias manos suena más placentero que la simple idea de revivirlas.

Nada nuevo... Todos tenemos momentos buenos y momentos malos. El problema empieza cuando dejas que esos momentos malos te consuman por dentro. Ni siquiera te das cuenta, crees que los has superado, crees que ganaste la batalla, que estás siguiendo con tu vida, pero no es cierto. Estás dejando que aniden en ti arrasando poco a poco con todo a su paso. 
Yo los dejé entrar, so sé como, poco a poco destruyeron mis barreras, mataron a los cocodrilos de mi foso, derrumbaron mi castillo de cristal y secuestraron a la princesa que vivía en la torre más alta. Y para cuando quise darme cuenta, en mi cuento no quedaba nada... Todo había desaparecido. Lo que tantos años me constó crear, perdido.
Pobre mi princesa, a saber por qué tormentos estaba pasando por ahí sola y perdida...

Me ganaron los problemas porque sin saberlo dejé de luchar. Y si ahora poco sabeis de mí, es porque dedico cada segundo en criar pequeños cocodrilos para mi foso, juntar arena para el castillo de cristal y sobre todo, encontrar a mi princesa.

La vida me ha dado palos, pero sobreviví a todos ellos, y lo sigo haciendo ahora. Siento alejarme de vosotros, siento no ser quien era, pero me he perdido a mi misma y necesito encontrarme.

Espero que lo entendais... Gracias por estar ahí y ojalá nunca dejeis que la vida os haga olvidar quienes sois.
Nos vemos pronto.

Besos.
Marta.